Para mí es un aroma dulce: el de una mañana nublada; es sutil, medio impredecible, fresca y nunca me incomoda. A menos de que rompa en lluvia. Entonces es cuando hay que correr entre sus partículas acuosas y ráfagas de aire; aun así, me sigue deleitando sin fastidiarme.
Ella ríe y bromea, me cuestiona acerca de lo que haré en los próximos días, le respondo únicamente “pasarla con la familia, ¿y tú?” a lo que contesta que también van a ser noches de mucha comida y de obligados tequilazos. Entonces es cuando nos interrumpen “no pueden estar platicando, en producción”, se termina la vieja conversación y comienza otra diferente:
Ella ríe y bromea, me cuestiona acerca de lo que haré en los próximos días, le respondo únicamente “pasarla con la familia, ¿y tú?” a lo que contesta que también van a ser noches de mucha comida y de obligados tequilazos. Entonces es cuando nos interrumpen “no pueden estar platicando, en producción”, se termina la vieja conversación y comienza otra diferente:
“me esta tentando a darle… ¿como le dicen? Ah sí, una calentadita” es la idea que me revela, sobre nuestra coordinadora, esa que se entromete; pero que le teme, sobre todo a ella (mientras, yo no dejo de divertirme con sus comentarios).
Mientras disfrazamos la platica con términos y dudas del trabajo, siguen llamándome la atención (a mí y solo a mí), porque mi eficiencia va disminuyendo, ella me hace una nueva declaración “¿Porque nos regaña? Si de por sí no hace nada, se la pasa arreando, se ve que no sabe usar lo que tiene en la cabeza… ah mira, ya te voy a alcanzar”
Abandono el relajo, por unos cuantos minutos, para emparejar mi labor, sin embargo surge un nuevo dialogo: ¡Yo voy a ver a Guardado y tú no! (ya se imaginaran el tono burlón).
Mientras disfrazamos la platica con términos y dudas del trabajo, siguen llamándome la atención (a mí y solo a mí), porque mi eficiencia va disminuyendo, ella me hace una nueva declaración “¿Porque nos regaña? Si de por sí no hace nada, se la pasa arreando, se ve que no sabe usar lo que tiene en la cabeza… ah mira, ya te voy a alcanzar”
Abandono el relajo, por unos cuantos minutos, para emparejar mi labor, sin embargo surge un nuevo dialogo: ¡Yo voy a ver a Guardado y tú no! (ya se imaginaran el tono burlón).
¿En serio? ¿Vas ir al partido? Le pregunte.
Bueno el mero asunto es colarme y sacarme la foto en vestidores (al momento me dan ganas de dudar; pero, ella sí es capaz, y eso que la conozco poco).
De nuevo baja mi producción, regreso a no descuidar la cosa, porque de por sí, me cuesta trabajo. Y llega una afirmación seria:
De nuevo baja mi producción, regreso a no descuidar la cosa, porque de por sí, me cuesta trabajo. Y llega una afirmación seria:
“ya voy a dejar la escuela”
¿Por qué? Le interrogo,
“¿Te acuerdas del proyecto que tenía? Me lo quitaron”
Ujulé - alcanzo a mascullar.
“y… ¿que paso contigo? Con tu curso”
"también lo boté, cambiaron los horarios y todo valió queso, simplemente ya no pude" – le confesé.
“La vida apesta, chamaquito” (esa frase me hizo el día)
Eso no te lo discuto. Contesto y carcajeamos (¡que importa lo que pase después!).
“La vida apesta, chamaquito” (esa frase me hizo el día)
Eso no te lo discuto. Contesto y carcajeamos (¡que importa lo que pase después!).
1 comentario:
A mi me gusta la mañana cuando las nubes tienen formas chistosas y son de color naranja.
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