Canciones van y vienen; en México algunas se quedan como tumores malignos en la radio (malas y sin remedio). Pero ahora, quiero hacer hincapié en una de esas que son únicas y con una fama moderada.
Es una de esas canciones que escuchas una vez; ya sea por la radio o por el modular, estereo, grabadora o toca discos de acetato de algún familiar de mayor edad.
Después de cierto tiempo… la vuelves a encontrar, con un mayor impacto o simplemente la disfrutas con más atención.
Debe ser su organo (que parece piano de juguete) con un sonido muy circense, la manera en que es tocado, sacude el subconsciente, al igual que otras, que provocan ese efecto desde otros estilos y niveles, como el piano de Black mirror de Arcade Fire, el sintetizador de esa de Air que ya no me acuerdo como se llama y el legendario organito de Light my Fire de los Doors).
También tiene algo que ver la forma en que la interpreta su vocalista autodenominado Question Mark, como que suena decepcionado, más no: débil; si se toma en cuenta que es una canción sobre la desilusión, el rompimiento y el resentimiento. Por otro lado, la historia del titulo 69 Tears que fue cambiada a 96 debido a la alta censura de esos años (por una simple insinuación).
La clave de su vigencia: es su estructura sencilla y el canto de su letra llena de entraña.
